Capitulo 7

¡CAPITULO 7! Jijijiji Estaba deseando subirlo, espero que os guste y que lo disfrutéis  aunque igual no os hace mucha gracia... Es un poco corto, pero subiré el ocho en cuanto pueda.

Un beso <3

Capitulo 7

Al día siguiente; un martes de junio.

Son las seis de la mañana, pero Valeria no consigue dormir, ayer fue un día de perros y ahora mismo lo único que quiere hacer es morirse.

Enciende su ordenador con la esperanza de poder hablar con Raúl. A pesar de que ella también cree que las cosas deben decirse a la cara, está segura de que Raúl no la quiere volver a ver ni en pintura.

Nada. Raúl no está conectado. “¿Qué te esperabas gilipollas, que iba a estar esperando a alguien como tú? “ Susurra decepcionada.

En otro lugar de la ciudad.

Raúl se mueve en la cama inquieto, a pesar de que no lo haya expresado delante de ella, está muy triste y dolorido. La quiere, tiene claro que la quiere, pero lo que le hizo a él no se lo puede perdonar. En ese instante se acuerda de que el no es el único perjudicado, su novio, más bien, su otro ex novio. ¿A quién querrá ella? Es la pregunta que le ronda a Raúl las dos horas siguientes. Aunque la respuesta más fácil y la más obvia es que no quiere a ninguno de los dos, a él no le convence. Tendrá que reflexionar mucho sobre ese tema antes de hablar con ella.

A varios kilómetros de la casa de Raúl.

Ya son las ocho, Valeria debe de comenzar a vestirse para ir a clase. De repente suena su teléfono. ¿Quién será?

-¿Si?-contesta Valeria con un tono triste

-¿Valeria, eres tú?-pregunta la chica con un tono preocupado

-Si soy yo. Dime Blanca, ¿Qué pasa?- pregunta con el mismo tono con el que inició la conversación.

-Es Jacobo, ha tenido un accidente.

En otra ciudad.

El ruidoso despertador anuncia que Julia debe de levantarse.

Son las ocho de la mañana, Julia ha dormido genial, ha soñado con él. Él. Cada vez que piensa en Yago no puede evitar sonreír. ¿Le gustará? Que gilipollez, pero si apenas lo conoce, solo ha hablado con él dos o tres días. ¡Y mediante un blog!

Julia baja las escaleras de su casa saltando y coge una tostada que va comiendo de camino al instituto.

Al llegar se dirige con una gran sonrisa hasta la esquina donde se encuentran sus amigas. Comienzan a hablar sobre temas de chicas; que tío tiene buen culo, con cuantos van a estar en verano…

Pero Julia estaba ausente, pensando en él, en Yago. De repente siente que unas manos rodean su cintura con delicadeza y que una boca con una respiración suave se acerca a su cuello. Julia no puede evitar un escalofrió, se gira lentamente y le da un cálido y largo beso a su novio.

En Madrid.

Yago se acaba de enterar del accidente de su amigo. Está lleno de rabia, se echa la culpa por no haberlo llamado ayer por la tarde. Pero hasta él sabe quién es la máxima responsable de todo. Le pega golpes a todo lo que ve hasta que su madre entra en la habitación diciéndole que alguien viene a buscarle.

Coge una chaqueta y baja las escaleras cabreado. No se despide, sale por la puerta de casa sin mirar a sus padres. Centra su mirada en una figura que se ve distorsionada debido a la lluvia. Es Andrés.  Su pelo pelirrojo y corto está mojado, y sus ojos verdes miran con tristeza. A pesar de su fuerte cuerpo parece débil.

-¿Sabes algo?- pregunta Yago mirándolo a los ojos con una mirada fulminadora

-No- contesta Andrés triste

-Vamos al hospital- dice Yago

Andrés asiente y se alejan de la casa por una de las principales calles de Madrid.

Durante el trayecto ninguno dice nada. Son las ocho y media de la mañana cuando llegan al hospital, les daría tiempo a llegar a clase, pero deciden no ir.

Entran en urgencias y preguntan por Jacobo, pero la recepcionista se niega a hablar y les invita a pasar a una gran sala de espera. Al entrar se dan cuenta de que no son los únicos, Diego ya estaba allí. Se sientan a su lado sin entablar conversación, solo un par de miradas consoladoras por parte de Diego hacia Yago.